Los desacuerdos dentro de la coalición del gobierno del presidente Alberto Fernández y un clima de inestabilidad económica han agitado la política en Argentina en la última semana.
Las desavenencias entre las alianzas del presidente Fernández y de su vicepresidenta, la exmandataria nacional Cristina Fernández de Kirchner, se evidenciaron en el discusión público sobre el acuerdo del gobierno con el Fondo Monetario Internacional para honrar su deuda, de 45.000 millones de dólares.
Las críticas del bloque de Kirchner a la política económica del presidente Fernández desembocaron en la renuncia abrupta, el pasado 2 de julio, del ministro de Economía, Martín Guzmán, y en la respuesta negativa de los mercados: los bonos soberanos se hundieron 10% dos días después.
La expresidenta calificó la semana pasada la dimisión como “un inmenso acto de irresponsabilidad política” y “un acto de desestabilización institucional”.
“No lo voy a negar, las diferencias que puedo tener con el presidente en cuanto a políticas o funcionarios, pero este presidente había bancado a ese ministro de Economía como a nadie, enfrentándose inclusive con sus propias fuerzas de la coalición”, dijo Fernández el viernes, defendiendo su crítica a los acuerdos con el FMI.
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